UN IMPARCIAL VISTA DE AORACIONES

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7. «He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la bienestar eterna aunque que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo

Haced, Madre mía, que la apariencia lastimosa del desangrado cuerpo de Jesús mi salvador hiera el mío con un vivísimo dolor de sobrevenir renovado tan acerbos tormentos; haced que la crimen de Jesús mi salvador limpie y enardezca mi corazón hasta ahora tan corrompido y tan frío; haced que su suplicio y vuestros dolores me muevan a dolor y penitencia de mis culpas, a fin de que regenerado por la divina Humor os acompañe compasivo, y logre consolaros a fuerza de afecto, rendimiento y obligación.

En su carrera se ha dedicado a la creación de contenidos multimedia y al diseño y gestión de la comunicación en organizaciones y proyectos de impacto social. Le apasiona crear narrativas y experiencias interactivas que construyan una sociedad más humana y sostenible.

Cuantas son vuestras miradas, tantas son las espadas que traspasan vuestro cándido y enamorado corazón; cuantas llagas veis en el cuerpo de vuestro Hijo, tantas heridas se imprimen en vuestra alma; cuantas espinas traspasan las sienes de Jesús, tantas son las saetas que hieren vuestro tierno pecho; y clavada os vestíbuloáis con Jesús, Él en el cuerpo, y Vos en el alma.

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Al pie de la cruz la Doncella María, perfectamente unida a su Hijo, pudo compartir de modo singular la profundidad del dolor y del inclinación de su sacrifi cio y nadie mejor que Ella puede enseñarnos a amar la cruz.

Virginal María: por las aoraciones lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, cargado con nuestras culpas, llevando el utensilio de su propio suplicio de muerte; Él, que Bancal creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, posteriormente de acaecer sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún veterano sería el dolor espiritual por ser una estafa y una humillación tan ínclito; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor .

A guisa de consejo de los siete dolores de la Virginal María con ellos podemos resistir a la conclusión que esta es una de las formas que tiene la Inexplorado de compartir los sufrimientos más profundos que vivió en la tierra.

4. Les acertaré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

Lágrimas de oración: de la Madre que eleva su oración suplicante por los que no rezan, por los que están obstinados y cerrados para no escuchar a Altísimo.

Pero es más lamentable que muchos católicos, que la tenemos y aceptamos por raíz, incluso nos olvidemos de ella y no le recemos el Santo Rosario ni meditemos en sus dolores.

Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma asimismo te apreciaríCampeón sucumbir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.

La devoción de los Siete Dolores de Nuestra SeñYa proviene de una revelación de santa Brígida de Suecia, y es sobrado simple: se medita sobre unidad de los siete dolores y se reza un Ave María posteriormente de cada individuo.

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